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Sin el régimen pero con los liberados (página 2)



Partes: 1, 2

Desconocer que, como resultado de la Estrategia de
Seguridad
democrática, así como de sus propias debilidades,
las Farc han
sufrido tremendos reveses, significaría analizar la
realidad con los deseos o con la ideología.

En la actualidad, por ejemplo, el Estado les
ha tomado enorme ventaja en materia de
Inteligencia y
de poderío
aéreo. Por otra parte, su débil presencia en las
luchas democráticas institucionales las ha hundido en el
aislante mundo de la metapolítica. Esto no
obstante, subsisten múltiples indicaciones
empíricas de que todavía se encuentran vivas. De
que habrá Farc para varios años más. De que,
a no ser que se descongelen los maximalismos militares, por su
cuenta todavía correrá mucha sangre. No se
puede olvidar que en el Vietnam quince mil guerrilleros pusieron
en jaque el poderío militar norteamericano.

Como lo ha sugerido Marco Palacio, nadie tiene en sus manos el
cadáver de las Farc para realizarles la autopsia. Por
ahora sólo sabemos que han sufrido tremendos golpes, pero
cómo los ha recibido, hasta dónde los ha asimilado,
qué efecto han tenido sobre su organización, qué está
haciendo para readecuar su estrategia, constituyen materias sobre
las que la especulación y muy endebles inferencias
indirectas han sobreabundado. Por otra parte, por conveniencia o
lo que sea, las estadísticas oficiales sobre las Farc son
muy precarias: Precisar por esa vía a cuánto
asciende su real pie de fuerza o
cuantificar sus reales ingresos
constituyen operaciones casi
imposibles. Las Farc, pues, han sufrido un golpe
estratégico tanto por su impacto sobre el conflicto
interno como porque “se inscribe, ha escrito
Medófilo Medina, en una saga de derrotas que se iniciaron
con el desalojo que sufrieron por parte del ejército en la
región de Gutiérrez en Cundinamarca en el
2003”. Pero, las Farc están golpeadas, mas no
derrotadas. La derrota debe ser más sicológica y
publicitaria que física, o mejor,
fuertes reveses materiales y
estratégicos han sido maximizados al extremo por la
acción
de la psicología
y de la propaganda.

El Estado, por
otra parte, no las tiene todas consigo. Sobre todo por razones
financieras, le urge terminar esta guerra. Para
este año del 2008, al 6.5% del PBI y al 21% Presupuesto
Nacional se los está tragando la confrontación
armada. Suma astronómica que supera de modo amplio el
gasto en salud y
educación.
En materia de financiamiento
del conflicto, el gobierno se
encuentra, pues, casi contra las cuerdas. Según la
Contraloría General de la
República no existen las condiciones de sostenibilidad
presupuestal del gasto militar. (5)

Entonces, dadas las muy visibles adversas condiciones de las
macroeconomías nacional y mundial, no quedan si no las
siguientes opciones, muy limitadas todas, para el manejo
financiero del conflicto armado: A. Su negociación política; B. La
reedición de la reforma tributaria; C. La
prolongación del impuesto de
guerra; D. La transferencia de recursos desde el
área social y E. El subsidio norteamericano al aparato de
coerción. Desde los principios de su
primer mandato y hasta hace muy poco, el gobierno podía
preguntarse qué estrategia antibélica
adoptar
para entrar, enseguida, a financiarla; a partir del
2008, en cambio, dados
los signos
negativos que cruzan la economía, los objetivos
estratégicos a alcanzar se encontrarán cada vez
más condicionados por los medios
financieros disponibles. En estos asuntos, el Estado está
entrando en un período de calzas prietas. Esta
situación puede incidir en que, en tiempo
relativamente corto, el sector más moderado del gobierno
presione por una salida más política del conflicto
armado.

En lo estratégico “valorativo” estamos por
la negociación, por una negociación digna y
duradera. Aunque es ésta la salida más racional, es
una opción, lo ha recalcado Marco Palacio, dificultosa por
lo plagada de obstáculos. Se encuentra interferida por
ideologías, intereses creados en la guerra, oportunismos
políticos, pasiones arraigadas y nociones
decimonónicas del honor. (6)

Posdata a un casi
milagroso Helicóptero

Aquel 2 de julio, enterado del raro helicóptero en
Misión
humanitaria, estuve a punto de suspender la escritura de
un ya iniciado Atisbos, pero la alegría – tristeza
asociada a la liberación (alegría por los que
llegaron y tristeza por los 2800 que se quedaron) me invitaron a
mantenerme en la brega de la palabra, sobre todo en estos
días cuando el 84% de los colombianos la habían
dejado solita y solitaria en materia de pensamiento
crítico. Al retomar el escrito, con el desaliento
todavía cociéndose, me pregunté hasta
dónde valía la pena pensar y analizar en una
sociedad en la
que la única fuente de soporte empírico era la de
las voces
oficiales.

De nuevo el desánimo me inundó, pero pudo
más la curiosidad, pues desde muchos sitios me llegaba el
eco de la gente que clamaba que el único defecto de la
operación realizada por el Ejército, había
sido el de su sabrosa y sencilla perfección. Con resistencias
encendí el televisor en cuya pantalla apareció un
Uribe desconocido – ceremonioso, sonriente, humilde y
sereno – mientras uno de los soldados liberados, entre lloriqueos
y camándulas, proclamaba que era Dios el que, de la mano
de Uribe, conducía el país. Muy pronto, con enorme
sorpresa me percaté de que ése – en
contravía de los diez y seis mil sesenta días que
lo habían precedido – (7) no había sido para
Colombia un
día de guerra si no un día de paz material.

Ese 2 de julio (¿lo estaré confundiendo con una
experiencia onírica?) la máxima victoria del Estado
había sido la de llevar los fusiles hasta la manigua sin
dispararlos; la de ajustarse parcialmente al Dih sin proclamar,
como era ya costumbre, que esa normativa no regía en
Colombia, pues aquí no había guerra ni conflicto
armado; la de haber rescatado a quince civiles secuestrados
mediante un sostenido engaño que, para contendientes,
inscritos en la relación amigo-enemigos, finalmente
sí resultó un sucio acto guerra. Entonces,
sorprendido me pregunté por los autores de tan
inédita acción. “No, no, me dije, no pueden
ser los mismos guerreros que en Colombia hacen la guerra todos
los días, troperos inmisericordes, implacables, bestiales
y brutales.” Cuando el fementido helicóptero del
Ejército alzó vuelo, los guerrilleros que hasta
unas horas antes por varios años habían sido sus
carceleros, se quedaron bobos aplaudiendo en su intimidad a la
nave liberadora que, sin límite alguno, simulaba los
emblemas de la Cruz Roja Internacional. Es decir, brutos
además de crueles. De todas maneras, aquella noche los
notarios de la guerra de cada grupo
reportaron en sus boletines, “cero
bajas”

Fue entonces cuando, atrapado por esa caballeresca guerra de
unas horas, decidí regresar al escritorio a proseguir la
elaboración del Atisbos 90.

Por cierto que no tuve que forzar ni violentar la estructura del
escrito ya iniciado pues, recuperado de nuevo el sentido de
realidad, esa inédita y cinematográfica
operación se me fue configurando como el último
acto de una original pieza de teatro o, para
hablar en clave de investigación
social, como un nuevo y último soporte empírico
de las hipótesis que había empezado a
trabajar en procura de balancear “el primer sexenio del
gobierno de Uribe”.
Desde mi puesto de observador, el
presidente, con ese evento no se notaba sorprendido. Más
bien, lo intuí satisfecho como si todo hubiese salido a
pedir de boca, como si, desde mucho tiempo atrás, hubiese
venido ensayando ese libreto con sus supuestos y estratagemas,
sus secuencias y actores, sus implicaciones y consecuencias.
Quise, entonces, adecuar el título del escrito. Fue
así como pensé en, “Conflictos
interinstitucionales. El caso de la segunda reelección
de Uribe. Pero, más temprano que tarde
advertí que, en esta fase del proceso de su
segunda reelección, con los resultados de tan
humanística e idílica y cinematográfica
operación, el Presidente, había dado otro paso
gigantesco en el logro de sus objetivos políticos.

El Rescate y los
objetivos políticos de Uribe

Elegido para un primer mandato, Uribe anotó en su
agenda el problema de su reelección como el asunto central
para el presente y el futuro. El, o uno de los suyos,
debería estar como presidente el 7 de agosto del 2019
cuando se cumpliría el bicentenario de la Fundación
del joven Estado, además que aprovecharía la
ocasión para la inauguración formal de su Estado
comunitario. La operación Jaque, entonces, no era
más que otro paso, arriesgado, por cierto, en el proceso
de construcción de su estrategia de
personalización de la sociedad, de la política y
del Estado, así:

A. El Afianzamiento del control mediático de la
sociedad:
Llegó a una matemáticamente
imposible popularidad del 91.4% (8) y a una intención del
voto del 69%. (9)

B. La Personalización de la política:
Tras haber decidido, a su amaño, el presente y futuro de
la reforma política ahora, después de un rescate no
militar de quince secuestrados estratégicos, quiso
apoderarse del presente y del futuro de la política
colombiana al ponerla a depender de un referendo raro
y viscoso y generador de las realidades que a él se le
antojase crear.

C. La Uribización del Estado: Cuando llegue al
100.1% de popularidad, habrá completado su forma
definitiva de gobierno como dictadura
popular: Entonces, a los cuatro vientos, podrá proclamar
“El Estado Soy Yo” en el lugar de la Mesa en que me
encuentre, en el Sitio donde me halle, en el Corazón
colombiano que “sienta mi olor a patria, a la virgen
santísima y a soldado”.

Celebremos la
Liberación
, no el
Régimen

Es por esto por lo que para explicar a Uribe, así como
la sociedad colombiana contemporánea, debemos tener en
cuenta, como central, ese fenómeno de uribización
de la vida social, de la política y del Estado. Parece,
por lo tanto, oportuna la frase que Le Soulier de Satin puso en
boca del hijo del trueno: “Ocupo demasiado sitio en el
cielo para que ningún ojo pueda equivocarse”.
(10)

Algunos podrán pensar que he idealizado ésa,
así llamada por Ingrid Betancourt, “perfecta
operación”. Si, en nuestro caso, algún
desborde de idealización ha habido ha sido en
relación con un deseo: El de eternizar esa hora en la que
guerrilleros y soldados estuvieron frente a frente sin dispararse
un solo tiro. Por lo demás, el rescate no fue tan limpio
como muchos han pretendido; en torno a él
se han cerniendo numerosas dudas. (11)

Por desgracia, las únicas fuentes con
las que contamos son las oficiales y éstas lo único
que hacen es reafirmarnos su versión e impugnar como falsa
toda fuente que se salga del carril. Además de las dudas
iniciales enhebradas alrededor de las hipótesis de
Radio Suiza
(no hubo un rescate heroico fruto de la inteligencia militar
colombiana sino un simple pago de varios millones de
dólares) y de la duda que siembra el hecho de que hasta
ahora no se ha mostrado un video que recoja,
como proceso, el conjunto de secuencias, en la noche del 2 de
julio, fungiendo Uribe como entrevistador, se dijo y redijo que
los emblemas no habían sido utilizados. Pero, este martes
el superhéroe colombiano, al echarse encima toda la
responsabilidad moral de la
operación, reconoció que un miembro de la Fuerza
Pública había utilizado el emblema de la
organización humanitaria. Entonces, pidió
perdón por esa acción aislada. Y ayer no más
La Asociación catalana Global Humanitaria decidió
pedirle explicaciones al Presidente por la suplantación de
sus datos de registro con el
fin de crear una Ong ficticia
para el rescate de los 15 secuestrados (12) Ha sido así
como, poco a poco, se ha comenzado a reescribir la historia idealizada de esa
criatura de la “malicia indígena”.

Por lo tanto, estamos con Amy Goodman, “celebrar la
liberación no puede confundirse con celebrar el actual
gobierno”; como para decir, “celebremos la
liberación, no el régimen”. (13)

Al haberse dado todo ello así, decidí resolver
esa contradicción entre sueño y realidad
escribiendo el Atisbos normal de cada mes, en este caso
especialmente dedicado a un examen crítico del primer
sexenio del gobierno de Uribe,
en un artículo que se
llamará “Las Trampas de la imagen
”, que será el tema del Atisbos 91 de agosto del
2008.

Cuando, para muchos,
“todo” vale

Ha habido analistas que, al contrastar la perfección de
la operación y la altura de los objetivos buscados
(¿Cuáles? ¿Los humanistas de los rescatados
o los políticos del régimen?), han señalado
que, para casos así “todo vale” y que no
merece la pena pararse en minucias como si se usaron o no se
usaron los emblemas y símbolos de una organización
humanitaria.

Esto no obstante, siempre hemos defendido que la levedad del
accionar humano no está determinada por la grandeza de la
causa buscada. Con guerra o sin ella, la ética de
los medios utilizados es humanamente tan importante como la de
los fines buscados.

El 2 de julio, el colega Miguel Ángel Herrera fue el
primero en advertirlo, se utilizó la insignia de una
organización internacional en un acto de guerra (14) Pero,
en medio de la euforia colectiva nadie le paró bolas. D e
todas maneras, el artículo 12 del Protocolo II
establece que el signo distintivo de la Cruz Roja y de la media
luna roja sólo puede ser utilizado bajo el control de la
autoridad
competente, que será respetado y que no podrá ser
utilizado indebidamente. Y en la operación Jaque se hizo
uso indebido y abusivo del emblema, lo que hasta el 2 de julio
por la noche fue negado por el Presidente, los Generales y sus
subalternos. Cuando Uribe supo que en Estados Unidos se
estaba negociando el video en el que se observaba lo contrario,
se vino con las disculpas bajo un argumento tan pueril como el de
duchos guerrilleros engañados por la inteligencia de la
“malicia indígena”.

Es por esto por lo que no podemos si no estar de acuerdo con
Bernardo Congote, “a pesar de haber sido libertaria, la
Operación Jaque por obra de sus propios creadores arriesga
con quedar reducida a un innoble juego de mala
muerte en el
que los ciudadanos que conducen la nación
han prostituido esa libertad y
magnanimidad canjeándolas, ufanos, por el imperio del
engaño, la triquiñuela y la farsa sin que ello les
produzca sonrojo alguno. Pero eso no es todo. Mecanismos
políticos como el intercambio humanitario, la
mediación internacional, el uso de emblemas privativos de
ONG humanitarias, ¡todos ellos caminos de paz!!! , han sido
pisoteados por la dupla político militar que trajo de la
selva 15 seres humanos a un costo moral que
los colombianos nos tardaremos varias generaciones en mejorar.
¡Hemos vendido, nuevamente, nuestra frágil
primogenitura moral por un pobre plato de lentejas! “.
(15)

Bibliografía

1., Marx, Karl, El
Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, Ariel, España,
1895.

2. Sobre los antivalores que inspiraron la
“Operación Jaque”, ver, “Alicia en el
País de las Vivezas”, Bernardo Congote, 16-07-2008;
ver además, EL Tiempo, “Por la Vida y en contra de
la Viveza”, 11-07-2008, pgs. 1-23;

3. Palacio Marco, “Las Farc y la Paz en Colombia, julio
2008; Medina. Medófilo, “Qué harán las
Farc? Especial para El Tiempo, julio 2008.

  1. Sierra, Alvaro , en, “Razón
    pública”, semana 14-20 de julio.
  2. Cabrera Galvis, Mauricio, “Los Costos del Conflicto
    interno”, El País, Cali, 6 abril 2008; Villamizar
    García Herreros, Helena, “El Gasto en Defensa y
    seguridad”, en, Nuevo Siglo, abril 2008; Otero Prada,
    Diego, “Los Gastos de la Guerra”, 29-02-2008,
    www.indepaz.org.co ;
    Isaza Delgado, José Fernando y Campos Romero D ,
    “Algunas Consideraciones sobre la Evolución
    reciente del Conflicto armado”,
    .unperiodico.unal.edu.co/ediciones/112/16.html-234-
  3. Palacio Marco, artículo citado.
  4. Fundadas el 27 de mayo de 1964, as Farc han cumplido 45
    años.
  5. La Doctora Esperanza Márquez escribió un
    detallado artículo donde postula y defiende que
    estadística y matemáticamente es imposible que
    Uribe tenga un 84% de popularidad, favorabilidad o como quiera
    llamarse; envió, Melquiseded Sandoval,
  6. El Espectador, Bogotá, 6 de julio de 2008.
  7. Claudel, Paul, Le Soulier de Satin, teatro, 1929.
  8. Confrontar al respecto, González, Camilo, “Una
    Operación de Paz”, en, Caja de Herramientas, julio
    2008 y, García, Juan Diego, “Después de la
    Euforia”, julio 2008.
  9. “ONG española pedirá Explicaciones a
    Colombia por suplantar sus datos”, Agencia EFE,
    17-07-2008.
  10. Goodman, Amy, “Celebremos la liberación, no el
    régimen”,
    , julio 11 2008.
  11. Herrera, Miguel Angel, remitido por,
    ,
  12. Congote, Bernardo, texto citado.

 

 

 

 

 

 

 

Autor:

Humberto Vélez Ramírez

Profesor Programa de
Estudios políticos

Instituto de Educación y Pedagogía

Universidad del Valle

Fundación ECOPAIS, Estado*Comunidad*
País

“Un nuevo Estado para un nuevo País”

Atisbos Analíticos No 90, Cali, julio de 2008

Partes: 1, 2
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